abril 12, 2012

La insoportable levedad de ser; placa tectónica







Este terremoto no estaba dentro de los planes de mi gobierno
Presidente Electo S.P.




Nuevo sismo se registro ayer en territorio mexica, nuevamente surgieron las mismas inquietudes, los mismos desazones, los mismos chistes y las mismas referencias al terremoto del 85. En los centros de trabajo, ya reinstaladas las personas se volcaban a los teléfonos fijos y móviles, para realizar el ritual, puntal e invariable de llamar a sus familiares, si bien para desahogar la angustia, si bien para darse un respiro de la desoladora rutina diaria.

Escucho decir que: “lo peor está por venir”, “acaban de anunciar un mega sismo para las 17:07 hrs”, “nunca había temblado tan fuerte y tan seguido como ahora”, “las profecías de Nostradamus se están cumpliendo”, “seguro es por el calentamiento global”, “santa María madre de dios….”

Me parece que lo más razonable sería preguntarse  ¿por qué carajos tiembla en México?

Para intentar dar un poco de luz al asunto, tendremos inevitablemente que invocar a Don Alfred Wegener quien fue el primero en proponer –en 1910- la teoría de que los continentes se mueven, basándose en el hecho –observador minucioso que era el camarada alemán- de que al unir la costa oriental de América del Sur y la costa occidental de África estas ajustan perfectamente, partiendo de ello también advirtió la semejanza en cuanto a los organismos que existieron en uno y otro continente, y otras similitudes geológicas como rocas y cordilleras.





Sin embargo pese a que la teoría de Wegener respondía estupendamente al movimiento de los continentes; “La deriva continental” perdió apoyo de la comunidad científica y los investigadores la enviaron a dormir el sueño de los justos en un oscuro cajón. Hasta que las investigaciones sobre el magnetismo de la tierra, la colocarían nuevamente en la mesa de debate.
Estos nuevos elementos permitieron a los investigadores acoplar los continentes no por líneas costeras, sino por isócroneas –líneas que unen lugares de igual edad- y ¡Bingo! Fue así como nació “La nueva tectónica de placas”.

Desgraciadamente Don Alfred murió en 1930, por lo que no se enteró de la revolución científica que armó.
  
En el Simposio de Londres en 1964 se aceptó mundialmente el movimiento cortical a gran escala.

A lo largo de la historia los geofísicos y geólogos partían de la equivocada primicia de que la Tierra se mantenía inmóvil y estática en su interior, lo que les ocasionó truculentas y peliagudas incógnitas, misterios que bajo la óptica de la nueva teoría -es decir una Tierra con movimiento propio- permitió un gran progreso en el área de las ciencias de la Tierra, presentando una novedosa perspectiva del planeta que residimos.

De acuerdo a la Teoría de la Tectónica de placas; La capa más superficial de la tierra sólida –llamada Litósfera- se caracteriza por su rigidez, ya que está formada por la corteza y por el manto residual –unos 150 Km. de espesor-. 

La Litosfera -compuesta de tierra y mar- no es ni por mucho, una sola pieza, imaginémosla más bien como un rompecabezas de 28 piezas, cada una de ellas recibe el nombre de placa tectónica –no todas de igual importancia- estas placototas descansan sobre una superficie que los científicos llaman Astenósfera, esta es una capa compuesta de roca caliente y flexible, que tiene la apariencia de alquitrán –chapopote- caliente que fluye perezosamente.




Como podrán imaginar nada que repose en un material de este tipo estará precisamente exento de movimientos aleatorios, esta inestabilidad de las placas es precisamente lo que ocasiona los Terremotos, Temblores, Sismos o Movimientos Telúricos –que básicamente son sinónimos-.

Concentrémonos pues ahora en los sismos. Definiéndolos como; la propagación de ondas por la corteza terrestre producidas por la liberación súbita de energía acumulada por mucho tiempo, debido a la interacción de las placas tectónicas.


Existen dos formas diferentes de cuantificar los sismos: La magnitud; es una medida instrumental que se relaciona con la energía símica liberada en el foco y su valor no depende del lugar de observación –escala Ritcher-. Y la intensidad; que es una medida cualitativa de los efectos generados por los sismos en superficie -La escala Mercalli-.


Otra diferenciación que debemos reconocer es la siguiente; al punto exacto donde se origina el sismo –es decir bajo la superficie terrestre- lo llamamos Hipocentro, y el Epicentro es la proyección en la superficie, es decir el lugar más cercano del hipocentro.


Por lo que cuando en la tele el "informado" reportero ilustra: El sismo tuvo su epicentro a 42 kilómetros de profundidad; ya sabes ahora que señal obsequiarle 


Los sismos vienen en series, al de mayor magnitud generalmente le llamamos sismo principal, los sismos preliminares se les conoce como premonitores y a los siguientes réplicas.  Las réplicas son debidas al reajuste de esfuerzos en el entorno de la zona de ruptura de las placas, aunque dependiendo de las propiedades del sismo no necesariamente se van a presentar. Las réplicas comúnmente siguen patrones de frecuencia de ocurrencia, siendo éstos más variables para los premonitores. Es importante señalar que un sismo denominado inicialmente principal, puede ser premonitor si el siguiente de la serie es mayor -por más tremebundo que esto último pueda sonar-


Me parece conveniente insistir, que los movimientos telúricos se crean por  los desplazamiento de las –incomprendidas- placas tectónicas, este meneo tiene que ver también con la temperatura interna de la tierra, por lo tanto el comportamiento climático no tiene vela en el entierro con la actividad sísmica -analogía sin pretensiones de humor negro-.


Por lo general aunque nos parecen que duran “una eternidad” los sismos se perciben en un intervalo de 10 a 15 segundos.


Prácticamente solo a partir del año 1900, los hemos registrado concienzudamente. Por lo que podemos afirmar que en todo el mundo se producen alrededor de 13 mil movimientos telúricos –solo estamos contando los que pueden ser percibidos por los homínidos- es decir por ahí de los 35 diarios.


Ahora bien si nos concentramos en terremotos superiores a siete grados –en la escala de Richter- estaremos hablando de unos 18 anuales.


El sismo más grande registrado instrumentalmente ocurrió en Chile en Mayo 22 de 1960 con magnitud 9.5 grados.


En el mundo se generan continuamente sacudidas importantes todos los días. La percepción del aumento de los sismos tanto a nivel nacional como internacional, tiene más que ver más con los avances en registro, análisis tecnológicos y la globalización de las comunicaciones; que en las premoniciones charlataneras. Este desarrollo ha permitido instalar equipos sismológicos en más regiones, con lo cual se incrementa el número de sismos y por lo tanto su reporte genera una sensación de incremento.


Aquí una tablita por demás significativa:


Registro de sismos violentos acaecidos en México
Fecha
Magnitud
Ciudad o región
1 de junio de 1911
7.7
Jalisco
3 de junio de 1932
8.2
Jalisco
16 de julio de 1937
7.0
Oaxaca
29 de julio de 1957
7.8
Guerrero
2 de agosto de 1968
7.1
Oaxaca
30 de enero de 1973
7.5
Colima
28 de agosto de 1973
6.8
Oaxaca
28 de noviembre de 1978
6.8
Oaxaca
24 de octubre de 1980
6.5
Oaxaca
19 de septiembre de 1985
8.1
Michoacán
20 de marzo de 2012
7.4
Oaxaca
                                        

México para bien o para mal es una zona de alta sismicidad, ya que a lo largo del Océano Pacífico, abarcando la costa de Jalisco y hasta la frontera con el vecino país de Guatemala se encuentra delimitado por dos grandes placas; la Norteamericana y la de Cocos. Estas son las razones por las que tiembla continuamente en esta región, zona sísmica en la que a bien nos toco vivir.


Por lo que si no tienen pensado mudarse a unas latitudes menos temblorosas, les recomiendo que se hagan a la idea, se relajen, tomen las medidas de seguridad pertinentes –siempre en estos casos se acostumbra ejemplificar, con los bien instruidos japoneses- y disfruten de la experiencia de vivir con y sin movimientos de por medio. 
Porque pese a lo que se diga en los medios informativos desinformativos; pongamos atención a las palabras del científico del Servicio Geológico de Estados Unidos; Michel Blampied:

“Actualmente no hay ninguna organización, gobierno o científico capaz de predecir satisfactoriamente el momento y la ocurrencia de terremotos. Sin embargo, los científicos son muy buenos diciendo cosas más generales acerca de los riesgos de terremoto y sus peligros. Por ejemplo, podemos mirar las fallas y patrones de terremotos durante muchos años y hacer un trabajo bastante bueno diciendo dónde es más probable tener terremotos, en qué fallas, qué tan grandes probablemente serán y qué tan fuerte sería la sacudida de estos terremotos.
Usando esta información, podemos mejorar los códigos de construcción, podemos hacer una planificación del uso de las tierras, evitar construcciones cerca de fallas que son peligrosas y así. Entonces podemos pronosticar, en el largo plazo, dónde el peligro de terremoto probablemente estará”.


A final de cuentas nosotros los homínidos que vivimos por estas latitudes mexicas al menos no tenemos que tolerar; megatsunamis, tornados, tormentas solares, tormentas eléctricas, erupciones volcánicas, manga de agua, impacto astronómico, avalalanchas, tormentas, ola brava, ventiscas, erupciones lumínicas, tormenta de granizo, simun (viento venenoso), olas de frio o de calor. 

La mejor receta será que nos lo tomemos con filosofía, y si esta es  japonesa mejor: “La calamidad natural aparece, cuando uno se olvida de la naturaleza”