diciembre 09, 2011

La dicha inicua de perder el tiempo…






Demos tiempo al tiempo: para que el vaso rebose hay que llenarlo primero.
Antonio Machado






Asegún cuentan quienes han tenido el privilegio de mirarlo de frente; que es toda una maravilla –y debe serlo-.

El artefacto consta básicamente de tres partes:

La superior está conformada por dos pequeñas ventanillas que se abren cada hora, gracias a lo cual se aprecia el desfile de los doce míticos camaradas del afamado Nazareno.

En la parte central se pueden observar tres círculos dorados, que miden el tiempo en tres formas diferentes; El exterior representa la antigua medición en la región de la Bohemia con la numeración Schwabacher –escritura del tipo gótico-; el circulo medio muestra números romanos y el tercero mide el tiempo babilónico con números arábigos.

A este cuadrante lo enmarcan cuatro figuras notables representativas del Medievo, que están bien chidas, y que también le entran al rítmico movimiento cada hora:

Tirando de una cuerda y con su intimidante reloj de arena nos hayamos a “La Muerte”; A su lado el pecado favorito de los pueblos cristianos “La Lujuria” representada por un Turco que mueve la cabeza libidinosamente; Al extremo izquierdo nos topamos con “La Vanidad” contemplándose en un espejo y cerrando el cuarteto; La “Avaricia” zarandeando una bolsa con monedas –cuentan las malas lenguas que el personaje es un Judío, aunque yo no lo se dé cierto solo lo supongo-.




La parte inferior, exhibe un disco calendario representado por simbólicas estampas de los meses del año, que muestra escenas de la faena campesina feudal, asimismo se pueden apreciar los signos del zodiaco y al centro el escudo de la Bohemia, todos ellos franqueados por cuatro inmóviles efigies; Un Astrónomo, un Ángel, un Filosofo y un Cronista.


Visita obligada para todo afortunado viajero que haya decidido a bien, recorrer la Capital de la República Checa.



Situado en la torre del antiguo ayuntamiento; El Reloj Astronómico de Praga que data del siglo XV, convoca a una muchedumbre que se apersona cada hora para mirar el espectáculo que brinda este admirable artefacto.





Los homínidos han tenido a lo largo de su historia diversas técnicas pá medir el tiempo, iniciando con las más modestas; como el día y la noche, la vuelta de la pálida luna para medir los meses, o bien el año solar que les daría el entendimiento de las cuatro estaciones, fundamental para el sistema agrícola.

Los primeros relojes fueron solares, instrumentos que si bien solo requerían de ciertos conocimientos de astronomía y geometría, eran de manufactura simple, que sin embargo tenían la obvia limitante de funcionar solo en el día.

Por lo que surgieron los relojes de arena y más tarde los de combustión, ingeniosos artefactos que utilizaban una vela, misma que al consumirse permitía la medición del tiempo. Uno de los más bellos ejemplares de este tipo es el reloj de Al-Jazari; -Matemático de la portentosa Mesopotamia- que en 1206 se dio a la tarea de construir un pasmoso artefacto, que consistía en una vela conectada -mediante cuerdas y poleas- a un contrapeso, por lo que la vela al derretirse –haciendo cada vez menor su peso-, hacía subir una figura, que nos iba marcando con su espada la hora correspondiente.





Si bien este astuto sistema daba la posibilidad de medir el tiempo sin importar si estaba nublado o fuera de noche, la irregularidad de la combustión generaba imprecisiones, que mas tarde serian subsanadas con los relojes de agua, que básicamente eran vasijas con marcas por dentro y un pequeño orificio en el fondo, que al ir vaciándose permitía apreciar fácilmente las marcas que referenciaban la hora, aunque el artefacto era simple, los homínidos siempre tenemos tiempo para complicarnos los procedimientos con el fin de embellecerlos, un claro ejemplo de ello es el reloj hidráulico de; Ctesibio, inventor y matemático griego que nos obsequió este agraciado artilugio:






La evolución de los artefactos para medir el tiempo se han sofisticado cada vez más, desde la aparición del reloj mecánico, al de cuarzo, para finalizar con el moderno reloj atómico que alcanza precisiones extraordinarias, del orden de un segundo en 30 mil años. Sin embargo actualmente se realizan investigaciones con el hidrógeno, con las que podremos alcanzar precisiones de un segundo para periodos de tres millones de años.

Desde el antiguo reloj solar hasta el harto preciso reloj nuclear, es más que evidente que hemos alcanzado sorprendentes avances tecnológicos. Y en esta obstinación de medir el tiempo, hemos dejado a un lado responder a la pregunta ¿Qué es el tiempo?

Sin duda medirlo es inmensamente más fácil que definirlo sino; bastaría preguntarle a uno de los más grandes padres de la Iglesia y uno de los más eminentes doctores de la Iglesia occidental, me refiero a San Agustín de Hipona; quien naciera en Tagaste (África) en el año 354.

Y que pronunciara aquella famosísima frase que permanecerá para la posteridad:

«Quid est tempus? Quis hoc facile breviterque explicaverit? Intelligimus... cum id loquimur, intelligimus etiam cum alio loquente id audimus. Quid est ergo tempus? Si nemo ex me quaerat scio, si quaerenti explicare velim nescio.
[¿Qué es el tiempo? ¿Quién podría explicarlo fácil y brevemente? Lo entendemos cuando hablamos de él, y lo entendemos también cuando lo oímos de otro que nos está hablando. ¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicarlo a quien me lo pregunta, lo ignoro]».

Y continúa:

"Para la mente griega el mundo está ahí, desde siempre, increado. El tiempo se concibe como un continuo fluir, sin principio ni fin, por lo que el concepto de eternidad se confunde con la perpetuidad del tiempo. Por eso cuando se habla de la creación en el principio y de la eternidad de Dios, surgen muchas preguntas. ¿Qué relación hay entre la eternidad y el tiempo? ¿Cómo se produce el tránsito de una a otro?"

El mundo no es creado en el tiempo sino con el tiempo.

El párrafo siguiente pone en evidencia la frustrante desesperación que sentía en su ¿vano? afán de definir el tiempo:

Cuando maniqueos y epicúreos, con mala idea, le plantean;

¿Qué hacia Dios antes de crear el cielo y la tierra?

 San Agustín siente la tentación de contestar:
Que estaba creando infiernos para los que hacen preguntas semejantes.

(Confesiones: XI, 10-12)

Por todo ello siempre será inmensamente más fácil medir el tiempo que precisarlo.

Será por ello que los homínidos hemos inventando una gran cantidad de parámetros temporales llamados Calendarios. Que si bien me disperso enormemente, este es el punto al que finalmente quería llegar:

Estamos iniciando el mes de diciembre algo que sin duda sabrán con excedida percepción.

Es el mes de: los arbolitos, los intolerables villancicos, las aglomeraciones, los inefables intercambios, el feroz consumismo, las vestimentas invernales como botas, gorros, bufandas, abrigos; con todo y que en ocasiones el cambio climático nos sorprenda con desenfadados 27 ° C, los autos con nariz y cuernos de reno, el incremento de borrachos al volante, responder “igual para ti” cada quince minutos que te desean “felicidades”, la incongruencia de escenificar zonas de riesgo al; permitirle a los chamacos portar sendas macanas con los ojos vendados y alentarlos a aporrear a ¿sentimiento?, a diestra y sobre todo a siniestra.

La lista de porqué no me gusta este mes, inicia precisamente al inicio; ya que la entrada ¿Triunfal? del mes navideño, anuncia por sí sola el término de la celebración de muertos –mi época del año favorita-.

Así que a lo largo de los años he por fin diseñado la estrategia perfecta para alejarme de tal “celebración” obviamente –y de ahí parte la genialidad- sin herir susceptibilidades.

He aquí las técnicas -algunas de ellas difícilmente se adaptan a mí idiosincrasia sin embargo las comparto- para todos mis correligionarios Grinchianos que bien sé, no son pocos:

La idea es la siguiente; partiendo que la medida del tiempo es totalmente circunstancial, bien se puede argumentar que a diferencia de los celebrantes, uno lleva una cuenta-calendario diferente, y que debido a ello es improcedente celebrar estas fechas:

Cuando para todos los que se rigen por el calendario Gregoriano, hoy es 9 de diciembre de 2011; sin embargo…


Coloréate el rostro significativamente con rojo, ensaya poner los ojos viscos, viste con taparrabo, y enróllate una faja a una faldilla corta de cuero llamada maxtat. Las mujeres pueden usar una falda de cintura a los pies y llevar un paño cuadrado que cubra el busto. y declara que tú sigues el calendario maya -calendario vigesimal mesoamericano no repetitivo-

y que para ti hoy es:
Cuenta Larga = 12.19.18.17.2; Tzolkin = 3 Ik; haab = 10 Mac


Te recomiendo usar un yukata -especie de kimono ligero- y argumentar que este día es:
Chino - El calendario chino es de tipo luni-solar-
Ciclo de 78, años 28 (Xin-Mao), el mes 11 (Geng-Zi), el día 15 (Wu-Xu)


Consíguete un shenti –faldilla-y sandalias de junco y asegura que eres fiel seguidor de Amón.
Copto - llamado también calendario alejandrino, es un calendario usado en toda la Iglesia Copta-
Este día es: 29 Hatur 1728


Vístete con una  habesha qemis –si eres mujer- o si eres  hombre recuerda vestir pantalones y una camisa hasta la rodilla con un cuello blanco-
Etíope - el calendario etíope tiene doce meses de 30 días cada uno más cinco o seis días epagomenales, que comprenden un decimotercer mes-
29 Khedar 2004


No estaría mal que te vistieras con una larga túnica acompañada de coloridos pantalones
Persa -o Calendario Iraní es un calendario Solar en el que el año comienza con el equinoccio de primavera-
18 Azar 1390


¿Que tal? autonombrarte Judío, solo te colocas un sombrerito que parece olla llamado shtreimel o simplemente el pequeño llamado kipa
Hebreo -Este calendario se basa en un complejo algoritmo, que permite predecir las fechas exactas de luna nueva, así como las distintas estaciones del año-
13 Kislev 5772

O si lo prefieres y quisieras probar algo de intolerancia exacerbada, si eres mujer pues desde luego una hiyab, y los hombres bien pueden usar una buena túnica.
Islámico - Se basa en ciclos lunares de 30 años (360 lunaciones, de tradición sumeria)-
13 Muharram 1433

O bien colócate un simpático gorro frigio y bonne journée
Francésel calendario de la revolución francesa intentó adoptarse el 24 de octubre de 1793, pero su comienzo se fijó el 22 de septiembre de 1792, coincidente con el equinoccio de otoño de ese año en París, fue un intento de formar un calendario decimal-
19 Frimaire un 220 de la Revolución

Y por último el que sin duda más me satisface, y que seguramente adoptaré:

Dicordian -calendario alternativo utilizado por algunos seguidores de Discordianism -es una religión satírica que rinde culto a Eris, diosa grecorromana del caos-
 Pungenday, las secuelas de 51 años, Año de Nuestra Señora de la Discordia 3177



En fin las opciones son varias, así que selecciona tu favorita y Felices Fiestas.