mayo 30, 2011

Por las hojas se conoce el tamal que es de manteca



Para pedestal, no para sepulcro, se hizo la tierra, puesto que está tendida a nuestros pies.
José Martí


Hará un par de días que recibí un correo por parte de un amigo, que entre sus “particularidades” está la de pertenecer a la comunidad judía, contenido que no me sorprendió, ya que es bien frecuente recibir de su parte ese tipo de historias propagandísticas, donde se enaltece el valor judaico en detrimento de las demás culturas, muy especialmente de la musulmana y concretamente la árabe, a pesar de que sus raíces provienen precisamente de esa región –paradoja que imaginaran hemos debatido en más de una ocasión- a pesar de eso, sigo creyendo que su intención no es del todo discriminatoria, ya que él fue educado y medianamente instruido en esa formación que es tan usual en los colegios judíos. Y que si bien este no es el primer correo –y seguramente tampoco será el último-  que me envía de este tipo.

 Adicional a este antecedente, les comento que el día de ayer huyendo del letargo por culpa del calor que se apoderaba de nosotros, decidimos –Estrellita Marinera y un servidor-  lanzarnos a la Feria de las culturas amigas” en su tercera edición, que se organizo en esta nuestra chilanga ciudad. Si bien tal evento merecería una crónica por separado, me detendré únicamente en el incidente que me recordó el correo de mi amigo y su desazón por el mundo Árabe. En el área de Irak me tope con una bonita playera, que debido a las abismales distancias que existe entre las quincenas, no me fue posible adquirir –será pá la otra- playera que lucía en árabe:


أحب بلاد ما بين النهرين

Es decir “Yo amo Mesopotamia” afirmación que reflexionando, cualquier integrante de la raza humana, con mínima información de historia universal debería estar de acuerdo.

Durante el recorrido por el pabellón Árabe, era inevitable referenciar los sucesos de resistencia civil que se suceden en Túnez, Egipto, Libia, Yemen, Argelia, etc. y que han desatado una ola de rebeldía, que llena de esperanza al resto de la población mundial, y que vemos con buenos ojos como el efecto dómino se hace presente en Europa -España, Francia, Grecia, etc.- anhelando sea capaz de traspasar el Atlántico y llene de insurgencia esta Latinoamérica nuestra. Bueno, antes de que empiece a escribir las anacrónicas consignas de “Patria o muerte” u otras por el  estilo, continuo.

Al colonialismo occidental -y aquí me parece importante hacer hincapié, que refiero a quienes han ostentado el poder, y no a sus pueblos-  le debemos la imagen que nos han exportado, presentándonos al mundo Árabe como un pueblo violento, peligroso, salvaje y desleal. Esto ha ocasionado que frecuentemente olvidemos su majestuosa cultura, menospreciado su importancia, es mas pá decirlo claro y de una sola vez, es imperioso recordar que estamos ante La cuna de la civilización pues.

Y porque precisamente de reivindicaciones territoriales se trata la presente entrada, la quiero dedicar a una región por la que siento un profundo apego, no solo por sus bellezas naturales, su excepcional gastronomía, o su extraordinaria cultura popular –que sin duda las tiene- mi personal cariño se manifiesta, debido a que parte de mi herencia genética procede de estas tierras. Me refiero a la zona que hoy conocemos como el Estado mexicano de Michoacán, lo que antiguamente se conociera como la comarca Purépecha.

La gran mayoría de los mexicanos se refieren a esta zona como Tarasca, sin siquiera sospechar que internamente existe todo un aguerrido debate al respecto:



Michoacán en lengua purépecha se pronuncia  P’urhépecherio que significa “Tierra de purépechas”, esto parece razón suficiente –al menos para mí- para dar por finalizada la querella, amén de que sin duda suena mucho más poético. Nada mal para una lengua independiente, que no está relacionada históricamente con ningún otro idioma conocido.

Pero volviendo al meollo del asunto, las reivindicaciones regionales a que me refería, esas que tienen que ver con las grandes rebeliones, esas que invariablemente tiene su cuota de héroes desconocidos, esos que dan su vida frecuentemente de manera anónima. 
Es habitual que contiguo a esas rebeliones, reconocidas mundialmente, transiten de forma paralela pequeñas comunidades, atestadas de valentía, pero que tristemente combaten con los reflectores apagados.

Este es el caso de la comunidad llamada Cherán, que se ubica en el corazón de la región purépecha a unos kilómetros de Uruapan, aquí la historia:

El 15 de abril comuneros de San Francisco Cherán decidieron, hartos de la impunidad con que operaban los talamontes, detener  algunos camiones cargados  de madera, que cínicamente circulaban a diario incluso por el centro de la comunidad (se calcula que la deforestación por tala clandestina supera ya, las 20 mil hectáreas de bosque) Ese día inició el enfrentamiento que a la fecha mantienen los comunero de Cherán con los talamontes, a quienes se les asocia con la “Familia Michoacana” -Cártel del narcotráfico- conocidos por su extrema violencia de operación.

Los más de 16 mil habitantes optaron por la organización civil y la autodefensa, ya que afirman, que por más de tres años han sido víctimas de extorción, secuestro y asesinato, todo esto ante la impasividad y vergonzante ineptitud y posiblemente complicidad del gobierno.

Desde ese día impusieron un “Estado de sitio” las calles están cerradas con piedras, fogatas y troncos, los retenes son custodiados por mujeres, niños y hombres armados de machetes, palos y tubos.


Niños rebeldes de Cherán

“A todos los que están al frente, a los líderes, a los que denuncian: los matan. Por eso es que todo el pueblo hemos decidido salir a defendernos. Lo único que pedimos es justicia. Y ya no vamos a quedarnos callados, vamos a luchar y si es preciso daremos nuestra vida” refiere una comunera con el rostro cubierto.

 La policía local ha sido disuelta por la comunidad, debido a que eran los que protegían a los taladores, actualmente en los barrios de Cherán la propia ciudadanía es la que vigila las calles.






Desde aquí andaremos pendientes y en atiborrada solidaridad con un pueblo valiente que no se encuentran en el norte de África, ni tampoco en ninguna metrópoli europea, un pueblo cuyas orgullosas raíces se encuentra aquí en plena tierra Purépecha.
Sin embargo no quiero terminar la entrada sin compartir con ustedes, la siguiente noticia, que si bien no es ninguna exclusiva –se publico hace ya algunos meses- aquí se las presumo:

La UNESCO declaró –me parece que en noviembre- a la cocina mexicana -específicamente a la cocina michoacana- junto con las Pirekuas (género musical que se canta en lengua purépecha). Patrimonio cultural de la humanidad.

Para mí es inevitable, a la menor mención de la cocina michoacana rememorar sus deliciosos platillos, de los que me es difícil destacar algunos por encima de otros, así que pondré los primeros que aparezcan en mi comilona memoria:

Las corundas, los tamales de zitún, chilatole, gorditas de charal, uchepos, pescado blanco, sopa tarasca o purépecha, morisqueta, enchiladas morelianas, buñuelos con atole blanco, atole de leche, chocolate de metate, atole de tamarindo, atole de pusuti, ate de membrillo o de guayaba y pál desempance;  agua de chía o ya de plano, charanda. La neta nomas porque soy ateo consolidado, que sino juraría que dios existe.



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2 comentarios:

  1. No conozco mucho de la comida Michoacana, pero que sabrosa está...

    Esa clase de conflictos merecen cobertura no oficial, para evitarnos las mentiras oficiales. Mucha gente me tacha de loco porque prefiero leer el blog de una chava que está en la manifestación de la plaza del sol en Madrid en lugar de ir a los sitios de varios periódicos... Creo que prefiero la verdad pura y dura.

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  2. Concuerdo con Pancho. No es por sonar conspiranóico ni nada parecido, pero es que es preferible contar con todas las versiones del suceso en lugar de conformarse con la de la "prensa oficial". Solo así logramos disernir sobre los hechos, usando el pensamiento escéptico.

    En cuanto alo referente a Michoacan, no he visitado ese estado, principalmente por sus politicas conservadoras. Aún así, se que tiene una gran gastronomía, como toda la del país, la cual debe de preservarse para la posteridad (aunque hay que moderar sus consumo, por eso de las grasas)

    Saludos.

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Boogie sabía que podía contar contigo; ¡adelante!