junio 14, 2010

Mis encuentros memoriosos


Todas las cosas que uno ha olvidado gritan pidiendo ayuda en sueños."

Elías Canetti

"El que no tiene memoria, se hace una de papel."

Gabriel García Márquez







Y dicen por ahí… que somos lo que recordamos, que la memoria es el esqueleto de nuestra identidad. No estoy tan seguro de semejante afirmación, sin embargo, no tengo duda que la internet ha logrado que recupere datos, lugares y simples curiosidades que estaban a punto de deslizarse al baúl de los olvidos irremediables.

En ocasiones, me basta con recordar pequeñas líneas de algún poema, cuento, canción o texto, para que esta maravilla tecnológica me facilite el reencuentro con aquellos recuerdos, que apenas se sostenían con alfileres en mi memoria, y emocionarme al verlos resurgir renovados y fascinantes.

Sin embargo, hay algunos que persisten en el anonimato y se resisten a emerger y sorprenderme. Si bien esa elusividad me ha permitido aferrarme a ellos, y continuar con la búsqueda sin mayores pretensiones que el de cobijarme al sabio refrán que manifiesta: “recordar es volver a vivir”.

Una de tantas búsquedas, llego a buen término este fin de semana, y se trata de una fotografía, -la cual vi por primera vez hace varios años- en la Hemeroteca Nacional, donde acostumbraba ir en busca de información, para acreditar alguna materia y más frecuentemente, para deleitarme con las noticias en los viejos y amarillos diarios desbordantes de sorpresas, que yo disfrutaba sin las fastidiosas presiones académicas de por medio.

Una de esas imágenes que se quedaron en mi memoria y que intermitentemente salía a la luz en mis conversaciones, sin encontrar nunca algún cómplice-visual que la refrendara.

Aunque expresar que la búsqueda término, es adelantarme a los hechos ya que, si bien conseguí la imagen –gracias a los libreros de viejo en la entrañable calle de Donceles- la fecha, los personajes y el fotógrafo siguen siendo un misterio por descubrir. Por lo que sería gratificante que algún distraído e informado visitante me auxiliara con esta inagotable ignorancia mía.

Lo único que recuerdo de la publicación original, es que el autor describiría que fue hasta el revelado que observo claramente lo que había capturado: Un oportunista e imberbe carterista haciendo su trabajo de manera efectiva, mientras que un “sagaz” uniformado vigila a su lado, todo en plena celebración populachera.



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