mayo 27, 2010

Los caprichos de Goya y el circo del absurdo


La fantasía, aislada de la razón, sólo produce monstruos imposibles. Unida a ella, en cambio, es la madre del arte y fuente de sus deseos.
Francisco José de Goya y Lucientes





Este blog nació con la pretensión de difundir el pensamiento crítico, combatir el atropello a la razón y fomentar el escepticismo, todo desde mi muy particular punto de vista –es decir- un ciudadano de a pie, sin formación académica en ciencias.
Al igual que muchos colegas de trinchera, me vi trastocado por personajes como: Carl Sagan, Isaac Asimov, Richard Dawkins y el recién fallecido Martin Gardner -que MEVs lo tenga en su gloria- Sin embargo el nombre de este su blog, está inspirado (como muchos lo habrán notado) en un español de pocas pulgas, audaz, acido critico de la sociedad, y sin duda el padre del arte moderno, me refiero por supuesto a Francisco José de Goya y Lucientes. Como tampoco soy especialista en arte, no voy abundar en su obra, baste decir que: está incluida en mi definición personal de “chida”.
La obra de Don Pancho siempre fue de mi agrado y muy especialmente sus grabados, conocidos como: “los caprichos de Goya” ya que reflejan la dantesca visión de su mundo interior, perspectivas y ansiedades. Toda la sociedad fue criticada por el artista; la educación, la religión, la monarquía, la prostitución y un buen numero de etcétera, por lo que ni tarda ni perezosa le cayó encima la Inquisición. Don Francisco prefirió cortar por lo sano y para evitar problemas con el Santo Oficio, regaló las placas y las piezas sin vender, a Carlos IV a cambio de una pensión para su hijo.
De los 80 grabados de la colección, el capricho no. 43 es el que nos ocupa, titulado: “El sueño de la razón produce monstruos”.
A pesar, que la mayoría de sus críticos sitúan esta obra cerca al surrealismo, yo siempre la he considerado un estandarte de la lucha escéptica y el pensamiento crítico. Esta es la razón (nunca mejor dicho) que este blog se llame como se llama y que sin el consentimiento de su autor –perdone usted maestro- el grabado decore la parte superior.
En 2006, por primera vez sus obras pisaron tierras mexicanas. Se logro reunir una significativa muestra de importantes retratos, cuadros costumbristas y las cuatro series completas de sus famosos grabados, lo que me dio oportunidad de admirar, muy de cerca mi favorito “capricho 43”.
La razón de escribir esta entrada, misma que admito debió ser la primera, es que Despertando a la razón será el anfitrión de la próxima función; del famoso y bien ponderado circo del absurdo, así que valga esta nostalgia, para invitar a mis dos lectores o cualquier otro extraviado navegante, que por alguna misteriosa y cuántica peripecia haya llegado accidentalmente a este sitio.
Nota: favor de enviar sus colaboraciones antes del 4 de junio a esta dirección: encontrado_mp@hotmail.com
Si alguno siente interés, por conocer los restantes “caprichos” se verá recompensado picándole aquí.

mayo 24, 2010

Dioses ficticios aquí y enfrente


“A las insolencias reaccionarias de la Iglesia católica hay que responder con la insolencia de la inteligencia viva, del buen sentido, de la palabra responsable. No podemos permitir que la verdad sea ofendida todos los días por presuntos representantes de Dios en la Tierra a los que en realidad sólo les interesa el poder”

José Saramago


Desde tiempos inmemoriales las antiguas sociedades humanas en todo el mundo han visto con buenos ojos la llegada de la primavera; ya sea porque les era favorable a sus sembradíos, a su ganado, o bien porque se acordaban de sus escarceos amorosos en la bellísima ciudad de Cuernavaca. Varios de estos grupos, eran pastores nómadas que se reunían en el desierto, el primer día de luna llena, para realizar el civilizado rito de: alejar los espíritus malos y ganarse el favor de los buenos, al tiempo que celebraban una cena –con asado de carnero-.

Cuando el pueblo se convirtió en sedentario, la fiesta de Pascua -que así le llama- coincidió con la fiesta de primavera de los agricultores, que consistía en comer el pan sin levadura, elaborado con la primera cosecha de cereales. Al paso del tiempo como suele suceder con todas las tradiciones, degenero para convertirse en la conmemoración, de la salida del pueblo judío de Egipto, es decir la celebración judía del éxodo. A pesar que estaría chido relatar como festejan los judíos estas fiestas, tendré que dar un revire para seguir el camino de la fe cristiana, comentándoles, que igual que los judíos empataron sus fechas con el equinoccio de primavera –celebración pagana- los discípulos de Jesús hicieron lo propio y asignaron por mandato divino o dedazo celestial a su festividad de pascua la conmemoración de la ascensión de Jesús al cielito lindo y querido… -si muero lejos de aquí, que digan que estoy dormido y que me traigan aquí- órale igual y lo convierte en salmo.

Aunque entre corretizas de judíos huyendo por mares abiertos, e hijos de dioses ascendiendo sin equipos especiales, no logro distinguir en las “felices pascuas” ningún orejón come zanahorias. Pues parece ser que el origen del conejo de pascua surge en la zona germánica, donde se celebraba una fiesta en honor a Eostre, diosa de la primavera y la luz. Era la celebración del equinoccio de primavera, se festejaba el fin del frío y la oscuridad y el regreso a la vida después del duro invierno. En estas fiestas el conejo era un símbolo de la fecundidad (alguien lo duda) y los huevos coloreados representaban rayos de sol, los cuales eran traídos por el bienhechor conejo de pascua.

Pero siguiendo el hilo inicial, resulta que 50 días después de la pascua se celebra el pentecostés palabra griega que significa el día quincuagésimo, para los judíos la fiesta de las siete semanas y para los cristianos algo así como: el “aniversario” de la iglesia, ya que se supone: “es el día que el espíritu santo descendió sobre aquella comunidad naciente y temerosa, infundiendo sobre ella sus siete dones” lo que quiera que signifique eso.

Más de uno, es decir ¡dos! -que son los amables lectores que tengo- se preguntaran y todo este rollo ¿pá donde va? Bueno a ellos les contesto que el día de ayer se celebro el pentecostés en la catedral metropolitana. Evento que me tendría totalmente sin cuidado, pero el caso es que andábamos por ahí en la mañana, con una enorme frustración a cuestas, ya que habíamos acudido al museo del templo mayor con la intención de admirar a la recién aparecida, Tlaltecuhtli -que supone se distingue, de la Piedra del Sol y la Coyolxauhqui no sólo por su gran tamaño sino porque conserva sus colores originales: ocre, rojo, blanco, azul y negro- Y pues nomas nada (ahí estaba pero guardadita, sin acceso al respetable) así que con la muina encima y con ganas de pelear dijimos: vamos a ver al “Perberto” a ver si podemos gritarle algunos merecidísimos insultos, aprovechando que está en su fiestecita del pentecostés (esa es la razón de todo lo anterior, con el único fin de poner en contexto los hechos).

Al llegar, luego lueguito buscamos la fila: “mentadas de madre al cardenal” pero nos pareció que muchos habíamos tenido la misma idea, ya que estaba a reventar la catedral, y policía federal por todas partes. Adentro, había unos de traje con micrófonos muy al estilo de Kevin Costner en el “guardaespaldas” todos custodiando al de rojo, imagino que para protegerlo de la conseja popular (quien lo entendió, bien). Había también un templete con cámaras del canal mexiquense, grabando la misa –ante la consternación del estado laico-. En el pasillo poniente, vimos gente en silla de ruedas, a una chava en especial le estaban aplicando la clásica soplada de anafre, supongo que para que no se desmayara, posteriormente nos enteramos que eran los huelguistas del SME. En fin que la catarsis verbal tampoco pudo efectuarse, ya que a pesar de que lo miramos, optamos por evitar un linchamiento, que nos hubiera podido convertir en fieles –difuntos- consecuencia escalofriante en cualquiera de sus dos acepciones. Así que elegimos retirarnos poquito antes del: “podéis ir en paz”.





mayo 20, 2010

Amores de hombre libre




"Hombre libre, siempre amarás la mar".

Charles Baudelaire



Para vos, como decir mar



El día de ayer cual “nómadas del viento” nos lanzamos en desbandada a la premier (así se dice, ¿no?) de la película “Océanos” en el Auditorio Nacional. No voy a detenerme en narrarles la aventura “churrigueresca” vivida, ya que eso es parte cotidiana de los usos y costumbres de cualquier chlilango que se respete. Baste mencionar que tal evento generó una gran convocatoria, lo que puede ser atribuible a: el interés generalizado por la ecología, la difusión de los medios, que el film fuese francés, la presencia del secretario Elvira Quesada o simplemente porque era de a grapa.

La película es tremendamente recomendable aquí les dejo la página oficial, pero verla no solo me lleno la pupila de maravillosas escenas, también logro hurgar en mi memoria, y revivió emociones de antaño, de cuando mi libro favorito era “El viejo y el mar”, de mi interés por la vida marina –tanto que incluso ingrese a la UABCS-, pero especialmente cuando me declaraba ferviente admirador del comandante Cousteau.

Por esa época mi hermana me regalo un modelo a escala del calypso –el bello y más famosos barco oceanográfico del mundo- el cual coloque en mi cuarto, mientras disfrutaba los documentales de aquel, viejo con gorro rojo y acento francés.

Cousteau fue un adelantado a su época, a los 32 años fue el coinventor del equipo autónomo de buceo - Aqua-lung- Revelaba que de niño soñaba con extender los brazos y volar, y que ahora era capaz de hacerlo sin alas. "Podíamos rozar el agua con la cara, movernos, propulsarnos hacia adelante con las aletas... Estemos en aguas profundas o en aguas superficiales, sentimos nuestro propio peso igual que los peces que ondulan a nuestro lado".

Admiraba de Cousteau su pasión por la naturaleza y especialmente por el mar, su lucha contra cazadores de ballenas, empresarios vertedores de venenos y desde luego, por su batalla frontal a las pruebas nucleares en el atolón de Mururoa en la polinesia francesa. Yves Cousteau se definió a sí mismo como "explorador y cineasta de televisión". Sus documentales aún ahora se siguen comercializando exitosamente.

Todavía recuerdo cuando me entere de su muerte (el 25 de junio de 1997) fue un evento que me consterno profundamente, porque él representaba para mí; no solo un héroe infantil, ni tampoco un documentalista más, tampoco por la pérdida irreparable para la humanidad -que sin duda fue-. Mi consternación se debía a que Cousteau personificó para mi, toda una época de amor quijotesco por el mar, en esos días no concebía mi vida lejos de sus playas y atardeceres, me decía a mi mismo que había nacido con alma de pirata, rumbero y jarocho trovador de veras. Adoraba sumergirme en sus aguas y sentir, efectivamente, esa libertad que da el volar sin alas.


Yo creí que esa pasión se había desvanecido al paso de los años, pero la película de ayer la revivió y la regreso envuelta, en olor a brisa marina.


Ya con esta me despido, porque voy a sacar del viejo arcón el documental “el mundo silencioso” y soñar con aquella “mujer perfumadita de brea, que se añora y que se quiere, que se conoce y se teme” por que como apuntaba el viejo en la novela de Hemingway

“siempre la mar. Así es como le dicen en español cuando la quieren. A veces los que la quieren hablan mal de ella, pero lo hacen siempre como si fuera una mujer”.